¡Hablemos sobre la nutrición para el cabello!
La nutrición para el cabello esta ligado con el estado nutricional, pues son varias las manifestaciones desde una manera severa con pérdida de peso y catabolismo en general ó bien ser situaciones de mal nutrición subclínica con déficit específicos de algún nutriente y afectar a determinadas estructuras o funciones.
En estas situaciones, las necesidades diarias se pueden ver incrementadas por varios motivos como:
- Un consumo rápido del nutriente
- Una disminución de su absorción
Ejemplos de ellos pueden ser en el caso del hierro en los procesos infecciosos o de las mayores necesidades de zinc en situaciones en que se da un gran recambio celular como cicatrización de heridas o regeneración.
Los nutrientes necesarios para el cabello son : Aminoácidos azufrados, Zinc, Mg, Vitamina B6, Hierro, Ácido fólico, Cobalamina (B12) entre otros.
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Un ejemplo de aminoácido dentro de la nutrición para el cabello es la Taurina puede acumularse en la piel y el cabello, donde puede jugar un papel protector.
La piel y el cabello son estructuras de un gran recambio celular y en ellos las necesidades de aminoácidos son sumamente importantes y continuas, de manera que la vía de síntesis de taurina a partir de sus precursores puede no ser tan eficaz y un aporte a través de la dieta o la suplementación puede ser de utilidad.
Por su parte el Zinc está relacionado con la actividad de numerosas enzimas, también es parte de la nutrición para el cabello y el organismo en general.
Uno de los primeros signos de su carencia se manifiesta en el crecimiento del cabello.
El Zinc interviene en la síntesis de la queratina y protege frente a radicales libres, participa en la síntesis de ácidos grasos esenciales que protegen el folículo piloso y es necesario para la movilización de la vitamina A, que protege el cuero cabelludo.
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Los antocianos, han demostrados un papel protector antioxidante, que va desde la protección frente a la oxidación del colesterol circulante hasta la fotoprotección frente a quemaduras solares.
La posibilidad de suplementar en ocasiones la dieta con aquellos nutrientes que se han demostrado beneficiosos puede aumentar la capacidad de defensa y ayudar a conseguir de nuevo el equilibrio fisiológico.
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