Dicen que es la comida más importante del día y por eso debes cuidarla. Te contamos cómo.
Seguro que lo has escuchado mil veces, el desayuno es la comida más importante del día. Es el primer alimento que ingieres después de 8 las horas de ayuno que tu cuerpo ha realizado mientras dormías y el combustible que le vas a dar para que pueda realizar todas las actividades diarias.
Según los expertos, la primera comida del día debe contener hidratos de carbono, preferiblemente de lenta absorción como los que aportan los cereales integrales, proteínas como las que aportan los frutos secos o los huevos, fibra, vitaminas y minerales; y aportar entre el 20 y el 25 % de las calorías que necesitamos en el día al día. Es decir, para un adulto con unas necesidades diarias medias de 2.000 kcal, el desayuno perfecto debería aportarle unas 400 o 500 calorías.
A pesar de que en mayor o menos medida todos tenemos estos datos claros, nuestros hábitos a la hora de desayunar dejan bastante que desear. Muchas veces abusamos del Pan dulce y las grasas , no tomamos los nutrientes necesarios e ingerimos un exceso de hidratos simples y azúcar. En la mayoría de las ocasiones, nos levantamos con prisa y estos alimentos son los que tenemos más a mano o nos resultan más fácil de adquirir en las tiendas o en la calle.
No tener tiempo por las mañanas para desayunar correctamente no debería ser una excusa, porque un buen desayuno puede prepararse en un periquete. De hecho, muchas opciones saludables, como un par de huevos revueltos con espinacas –un plato lleno de proteínas de calidad-, un yogur con frutas y frutos secos, unas tortitas de avena…se pueden preparar en menos de cinco minutos. Incluso hay desayunos que podemos dejar hechos el día de antes.
Regalale tiempo a tu cuerpo con tu desayuno y te compartiremos opciones sencilla y nutritivas para que tengas un cuerpo de 10 este Verano.